lunes, 30 de noviembre de 2009

Día internacional para la eliminación de la violencia hacia la mujer

25 de noviembre, Día internacional para la eliminación de la violencia hacia la mujer



San José, Costa Rica. 25 de noviembre de 2009. Transcurridos cuarenta y nueve años después del asesinato de Patria, Minerva y Maria Teresa Mirabal cometido por la policía política del régimen de Rafael Trujillo en República Dominicana, hecho que se conmemora cada 25 de noviembre a nivel internacional, la violencia contra las mujeres es hoy un fenómeno generalizado y aberrante en las sociedades contemporáneas y en las Américas.



Cuando hablamos de violencia hacia las mujeres, aludimos a la violencia sistemática que configura un fenómeno común en países de muy diversa condición cultural, social, política y diversos niveles de desarrollo. Cualquier sistema político, social, económico y cultural basado en relaciones estructurales de poder, dominación y privilegio establecidas entre hombres y mujeres sigue hoy expresándose en las condiciones de opresión, subordinación, exclusión, pobreza, explotación, tortura y violencia que sufren millones de mujeres en el mundo.



La Convención de Belém do Pará

Luego de su ratificación por parte de la mayoría de Estados de América Latina y El Caribe durante la década de los noventa, la Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, conocida como la Convención de Belém do Pará, sigue siendo un referente fundamental para visibilizar y combatir la violencia hacia las mujeres. El caso de los femicidios de Ciudad Juárez ante el sistema interamericano ha concitado precisamente la atención sobre este grave fenómeno criminal, poniendo en consideración la debida protección que deben otorgar los Estados, la necesidad de implementar medidas específicas de prevención ante patrones de violencia de género, y la debida diligencia en los sistemas de justicia para que estos crímenes sean juzgados y castigados.



Al margen de las diferencias significativas en cada uno de los países de la región, hay un relativo consenso sobre la existencia de un marco formal e institucional y de un cierto avance en visibilización, sanción y atención de la violencia contra las mujeres. No obstante, subsisten retos importantes que deben ocupar la atención de autoridades oficiales, sectores académicos, organismos internacionales y organizaciones sociales preocupadas por lograr avances más contundentes en esta materia. Tales retos implican disminuir la profunda brecha existente entre lo formal y lo real.



Las obligaciones del Estado

Es importante recuperar el espíritu de la Convención de Belém do Pará, que implica obligaciones estatales de prevención y sanción de la violencia desde una perspectiva integral. Tal perspectiva incluye la violencia en el ámbito doméstico pero va más allá y señala la relevancia de fenómenos generalizados en la región como la prostitución forzada, el acoso sexual y el femicidio.



También sigue siendo necesario generar sistemas de información y estrategias de divulgación, formación y sensibilización dirigidas a los funcionarios y demás actores políticos institucionales que están llamados a legislar e implementar medidas de sanción frente a casos de violencia hacia las mujeres. De esta manera podrá avanzarse en transformar una cultura jurídica institucional que ve en la violencia hacia las mujeres un hecho penal e individual.



Otro reto fundamental está en garantizar a las mujeres una justicia pronta y efectiva. Siguiendo el informe Acceso a la justicia para las mujeres víctimas de violencia en las Américas, elaborado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 2007, “la mayoría de los actos de violencia contra las mujeres quedan en la impunidad, perpetuando la aceptación social de este fenómeno”[1]. El ejercicio de las mujeres de su derecho a una vida libre de violencia, es connatural a su derecho a la justicia y la reparación, de manera que los límites relativos al acceso a la justicia deben ser considerados como una violación a estos derechos y deben implicar esfuerzos mayores a los que se han venido implementando en el hemisferio americano.



Finalmente, es fundamental que el propósito que articule todos estos esfuerzos sea el de erradicar y no sólo disminuir la violencia hacia las mujeres. Esta ideología implica una verdadera conciencia de las manifestaciones de violencia, no como violaciones accesorias o menores a los derechos humanos sino como poderosos obstáculos para el desarrollo, la justicia, la democracia y la igualdad en nuestros países.



Lea más en internet:

Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer aquí

Informe Acceso a la justicia para las mujeres víctimas de violencia en las Américas aquí

Visite la página DerechosMujer del IIDH aquí



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[1] CIDH Acceso a la Justicia para las mujeres víctimas de violencia en las Américas. OEA SER.L/V/II Doc. 68, 20 de enero de 2007, p. 122

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